Concurso Nacional de Anteproyectos Plaza Estado del Vaticano

 

Arquitectos Besonias, Almeida, Kruk.

Este significativo lugar de la ciudad de Buenos Aires, con un importante patrimonio edilicio, escultórico y paisajístico ha asumido desde siempre un doble rol: cultural y administrativo. La variedad de actividades que allí se desarrollan concentra a numerosos usuarios fundamentalmente en los días y horarios laborables.

A pesar de esta localización privilegiada el lugar específico de la intervención es hoy un sitio vacío y degradado contenido entre la imponente presencia del teatro Colón y la fachada continua de la calle Viamonte, que liga dos espacios abiertos de significativa presencia urbana (Plaza Lavalle y Av. 9 de Julio).

La intervención en este destacado sitio, parte de reconocer al vacío existente como dato fundamental de proyecto y propone una solución sintética, ceñida, sobria, acompañando la fuerte presencia del Teatro Colón que recupere el lugar para su postergado destino como escenario urbano, sin renunciar a esa vocación de rincón para el descanso, la contemplación y el ocio propio de cualquier plaza pública.

Para posibilitar el desarrollo de espectáculos públicos, conservando el concepto de vacío como dato esencial del lugar, se pone de relieve la superficie del suelo mediante la realización de una plataforma, construida sobre puntales nivelables, ubicados en coincidencia con la lógica estructural del subsuelo. De esta forma el suelo queda elevado treinta centímetros respecto del nivel de vereda, situándose por debajo del mismo la red de “facilidades” necesaria para el desarrollo los variados espectáculos requeridos. Un muro, que en parte no toca la plataforma, insinúa sin llegar a determinar, el lugar de la escena (en idéntica posición a la del teatro) o el límite difuso entre el vacío de la plaza y la vertiginosa actividad de la 9 de Julio. Una escalinata en el lado opuesto formaliza el acceso a la plataforma, ya que su baja altura permite el abordaje desde cualquier lugar.

El otro ritual, el cotidiano y mas íntimo de cualquier plaza pública, el que posibilita las actividades de descanso y contemplación, esta contenido entre surcos forestados que ofrecen colores y aromas siempre cambiantes y donde se ubican, regularmente distribuidos, las luminarias, parlantes para exteriores  y carteleras de difusión de las diferentes actividades del Colón. Dichos surcos están ubicados tratando de resolver la discontinuidad espacial que produce el patio de iluminación y ventilación del subsuelo en uno de los sectores más relevantes del sitio (frente a la escalinata lateral del Colón).

Entre la plataforma de los espectáculos y el rincón de los surcos un lugar determinado por la extensión del Pasaje de los Carruajes hace de nexo y define la concentración de público y arranque de las visitas guiadas al Teatro con una cartelera de difusión de gran tamaño.

En relación con la propuesta constructiva del proyecto, se recurre a una solución que, por un lado no resulte vulnerable a la intensa utilización del lugar para la realización de espectáculos públicos y que además pueda concretarse con el ceñido presupuesto asignado. Así es que se propone una apretadísima selección de elementos (reducida a los esenciales) de gran fortaleza y de mínimo mantenimiento.

Por último se destaca que el único recurso encargado de dar contenido a este vacío es la utilización de los efectos de la iluminación artificial, de forma tal que de noche los protagonistas del sitio son: la imponente fachada del Teatro, el plano iluminado del suelo elevado, la trama regular de puntos luminosos en los surcos, la línea continua de luz que destaca el Pasaje de los Carruajes y una columna de aristas luminosas que señala el lugar a distancia.